Llueve, las calles están vacías, camino sola al filo de la madrugada. El único ruido viene de la lluvia golpeando al caer, percibo un aroma envolvente, penetrante y místico, inunda el ambiente como una perfumería donde los pomos están abiertos.
investigo, descubro; asomándose sobre la tapia que lo resguarda está el responsable, me guiña sus ojos de aroma, me acerco sigilosa, lo contemplo, volteo hacia uno y otro lado, alargo el brazo, parada en puntillas cometo el crimen perfecto; robo parte de su excitante esencia, nadie me vio, lo escondo en mi pecho, me castiga impregnándome de su olor. Lo llevo a casa, me duermo en un éxtasis por su causa.
Abro los ojos, un ave canora me despierta, ¿soñé todo? nunca he robado nada, claro; fue solo un sueño. Sonrío, el aroma de mi sueño se ha quedado en mi mente, puedo percibirlo aun. Voy por agua . . .
! Eh ! ¿Que sueño ha sido este? la evidencia está ahí sobre la mesa. El ramo de limonaria tiene perfumado mi espacio. . . Solo puedo recordar que ayer empezaba a llover.
Bendito mayo que me traes cosas nuevas.
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