Aquella noche explosiva, mística y kármica
dio paso a una mañana copiosa y edénica
La pasión, el desenfreno y el amor;
dio paso a una mañana copiosa y edénica
La pasión, el desenfreno y el amor;
rondaron por cada esquina de mi sutil espacio,
esa misma fiebre de pasión, ardor y deseo;
se quedó a perpetuar el sentido del verdadero amor
el mismo que se abre paso en cada poro
de de la piel amada y que deja flores sembradas
como signo de lo inmediato,
de de la piel amada y que deja flores sembradas
como signo de lo inmediato,
de lo latente, de lo próximo, de lo palpable.
Ese momento intenso de noche y madrugada,
conmovida por caricias recuperadas, aletargadas en el ayer;
ayudó a olvidar vanas ilusiones pasajeras, esas que
estuvieron embotelladas en la estupidez
de un tiempo no concretado.
estuvieron embotelladas en la estupidez
de un tiempo no concretado.
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