La voz
La voz clama a mi desde el abismo de mi ser
voz exigente, pide luz, esa que no le puedo dar
quizás por la lasitud que ya hizo casa en mi
o porque la musa maléfica me abandona.
Voz que atormenta y grita hasta el punto de la afonía
grita verdades, lacera mi conciencia,
concupiscente me marea.
Voz terriblemente amada
y odiada al mismo tiempo.
Voz que me manda a un final
donde debió haber estado el principio.
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