Desvelo
Y en este desvelo rutinario, se me antoja
que quiero ser la dama del cuento,
ese que escribo cada vez que mi alma
queda en soledad y se aferra a mi
el deseo por lo inexistente, y la pluma fluye
y convierte la tinta en idílicos amores,
en intensas pasiones, en secretas ilusiones,
en tristes historias o en falsas realidades.
Y en este desvelo rutinario en que me inquieta la musa
y el Céfiro me besa, se me antoja;
que si sueño desvelada, o me desvelo soñando,
es porque Morfeo a voluntad me abandona,
celoso de quien viene a ocupar mi pensamiento.
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