es que se me fueron los años
y sigo varada en el mismo puerto
donde nunca pasa nada,
donde las gaviotas están cansadas
de volar sobre la arena quieta,
esa misma que ha visto pasar siglos.
Y lo peor . . .
es que sigo sintiendo
con el mismo ímpetu de hace años,
con la misma fuerza adolescente,
esa que desborda energía
y locura de amar y deseo.
Y lo peor . . .
es que a pesar de todo
sigo rogando por tu mirada,
tus caricias y tu cuerpo.
Y lo peor . . .
es que muere a diario la mujer,
y el despojo se lamenta . . .
! Que vida de tormento !
Lo siento vida; . . .
. . . me perdiste.